"Traidora": Milei agranda el abismo con Villarruel y profundiza el choque con los gobernadores

El Gobierno ya sabía desde hacía varios días cuál iba a ser el desarrollo de la sesión en el Congreso. Por eso, Javier Milei acusó públicamente el miércoles a todos los gobernadores sin excepción de querer “destruir al gobierno”, a pesar de que un sector de los ex JxC -tal como había anticipado Clarín- decidieron que sus legisladores no acompañaran el aumento de jubilaciones y la moratoria.
“Vamos a vetar. Y si aun se diera la circunstancia, que no creo, que el veto se cae, lo vamos a judicializar”, sentenció el Presidente durante su intervención en un acto en la Bolsa de Comercio porteña, adonde asistió con todo su gabinete. El jefe de Estado confirmó la estrategia del Gobierno para lo que viene, que ya habían transmitido sus ministros durante una jornada larga y previsible.
El mandatario le restó importancia al impacto fiscal que superaría los dos puntos del PBI, aunque la oposición lo calculó cercano al 0,8 por ciento. “Si de repente la Justicia tuviera un acto de celeridad de cosas que tarda años en tratar y lo tratara en poco tiempo, aun así el daño que podrían causar sería mínimo, solo una mancha en dos meses, la cual el 11 de diciembre se la vamos a revertir en caso que tuviera éxito, lo cual la política del superávit fiscal es permanente”, destacó Milei en un libreto que no tuvo sorpresas y se ciñó al guión que el Gobierno había trazado desde temprano.
El Gobierno tiene 8 días para reglamentar y promulgar las leyes o vetarlas. Resta saber si hará lo mismo con la emergencia en discapacidad que fue aprobada por unanimidad y con un sentido discurso de Luis Juez, amigo personal del mandatario y habitué de Olivos.
El Presidente acusó a Victoria Villarruel de “traidora” por habilitar la sesión en la Cámara Alta y acusó a los gobernadores de haberle dado "una puñalada", pero consignó que el equilibrio fiscal funciona como un chaleco de seguridad. A pesar de eso, los ejecutivos de Mendoza, Chaco y Entre Ríos mandaron a sus legisladores a ausentarse. Los de Chubut se abstuvieron. En el Ejecutivo rechazan la alternativa de una convocatoria conjunta a los mandatarios provinciales.
En los despachos más importantes de Casa Rosada se preparaban desde temprano para un día turbulento, porque sostienen que los gobernadores pugnan por “meter el último cucharón” en las arcas estatales antes de que cambie la conformación del Congreso; de allí la apelación de Milei a la futura conformación del legislativo en la sede de la Bolsa.
Para mentalizarse, bajar línea y mostrar cohesión, el Presidente reunió a su gabinete en Balcarce 50. En la Rosada reiteraron que el mandatario vetará todas las normas que violen el equilibrio fiscal y en el triángulo de hierro minimizaron la sesión en el Congreso. A pesar de la avanzada opositora, en el Gobierno siguen convencidos de que podrán reunir al tercio de diputados que necesitan para blindar los eventuales vetos.
Algunos mandatarios provinciales demostraron que estaban dispuestos a no votar el aumento a las jubilaciones, a pesar de la presión del kirchnerismo y del peronismo que amenazó con no tratar los dos proyectos que más interesaban a los gobernadores, como el reparto de ATN y de los biocombustibles.
Una vez que se confirmó el quórum en el Senado, las espadas políticas del Presidente denunciaron “un golpe institucional”, en sintonía con lo que había dicho Milei el miércoles.
“Hoy el kirchnerismo planea un golpe institucional en el Senado, plantándole a la Vicepresidente una sesión autoconvocada para arrebatarle el poder a la Presidencia del Senado y agujerear los éxitos económicos del gobierno que tanto nos han costado a los argentinos”, escribió Patricia Bullrich en X.
Con el correr de las horas, la Rosada corrigió sus argumentos y el relato y el jefe de Gabinete expuso que la sesión era ilegal y que el Ejecutivo recurrirá a la Justicia.
“El Gobierno no la va a dar por válida (la sesión) y la va a judicializar. Si se sanciona las leyes (previsionales y la de discapacidad) y se envían al Ejecutivo ilegítimamente las que se aprobaron, por supuesto que el Ejecutivo las va a vetar y va a plantear la ilegitimidad de las tres”, sentenció el jefe de Gabinete en un raid mediático por Rivadavia, Mitre y A24.
El jefe del bloque libertario en la Cámara Alta, el jujeño Ezequiel Atauche expuso la misma tesis en el recinto. El aparato comunicacional del oficialismo en redes lo replicó hasta convertirlo en tendencia. Daniel Parisini (el gordo Dan, que suele visitar la Rosada y entrevistó al Presidente durante seis horas en mayo) pidió “sacar los tanques a la calle”. El Gobierno intenta suavizar el costo político de vetar un aumento del 7.2 por ciento a las jubilaciones, cuando el haber mínimo en julio será de apenas $309 mil.
A esa hora de la tarde, la Rosada recalibró una vez el discurso y cargó contra Victoria Villarruel, que en las últimas horas había profundizado la grieta con su compañero de fórmula, al viajar a Tucumán y exponer al Presidente que suspendió su viaje por motivos climáticos justo cuando los gobernadores ningunearon su invitación.
“Levántese, Sra. Vicepresidente. No denigre la institución que preside. No sea cómplice del kirchnerismo destructor. Al menos siga del lado del pueblo que la votó para cambiar este país. No convalide a la corporación política más abyecta de la historia”, reclamó la ministra de Seguridad en X. Milei replicó el mensaje. La vice le contestó a Bullrich y le recordó su pasado en organizaciones armadas en los 70; además de la independencia del Congreso. La ministra volvió a contraatacar. "Usted fue electa para terminar con el kirchnerismo, no para ser cómplice de ellos", tuiteó.
A pesar de que el Gobierno luce alineado, puertas adentro del Gabinete hay tensión por el armado político a cargo de los primos Martín y Eduardo “Lule” Menem que preparan competencia a los gobernadores más dialoguistas. Ese ruido envalentonó a algunos de los mandatarios provinciales para mostrar su poder de daño con una batería de leyes y una unidad con los más duros, que la Rosada pretende quebrar.
Clarin